6 de marzo de 2012

El gemelo, donar sangre y el dopaje

Este invierno - primavera quería haber corrido a tope las medias maratones de Salamanca, Béjar y Ciudad Rodrigo pero las circunstancias me han privado de ello (estoy convencido de que habría bajado de 79' en la tercera y quizás también en la primera). Llevo ya 15 días sin salir a correr y aunque ya tengo el gemelo recuperado, no me atrevo a continuar con la misma intensidad en los entrenamientos. He decidido dar por finalizada la temporada y adelantar el descanso que suelo hacer entre mayo y junio. Recuperar esos 15 días parado me puede llevar dos meses suponiendo que el gemelo no diga nada y ahí está el problema, estoy seguro de que las ganas por volver al punto previo a la lesión me iban a hacer forzarlo demasiado pronto.
Para garantizarme el cumplimiento del descanso, ayer fui a donar sangre que es el acto con el que echo el cierre todos los años. Donar sangre para cualquiera que no haga ejercicio físico intenso no supone nada, pero para los que nos exprimimos supone estar unas 5 semanas "cansado". La mayor parte de los componentes sanguíneos vuelven a niveles normales en menos de una semana pero hay uno que no, los glóbulos rojos, las células que transportan el oxigeno y por lo tanto fundamentales en la actividad física intensa, tardan entre 3 y 8 semanas (de ahí que el límite para donar sea cada 2 meses).
A algunos deportistas profesionales de ética dudosa, les suelen extraer esas células en pretemporada y durante el periodo competitivo, cuando la tasa de mortalidad de las mismas es elevada, se las transfunden. En cuestión de minutos tienen de nuevo un batallón de portadores de oxigeno listo para recibir instrucciones, mientras el resto del personal las va reponiendo a una tasa natural que ni de casualidad se mide en minutos. Hasta hace bien poco esta operación era indetectable, en la actualidad, con la introducción del pasaporte biológico obtienen patrones de comportamiento en los niveles sanguíneos de los deportistas y estos, son clasificados en función de ese comportamiento. Aquellos que más sospechas levantan, más y mejores controles les hacen pasar. Aún así muchos consiguen seguir escapando.