30 de abril de 2013

Media Maratón de Ciudad Rodrigo 2013

Ayer corrí en la Media Maratón de Ciudad Rodrigo, así, a traición, sin contaros nada previamente. Lo cierto es que no entraba en los planes, puesto que fue algo que surgió el miércoles, tras realizar el "primer entrenamiento" en casi cuatro meses. Ya os contaré en una entrada los detalles de todo este oscuro tiempo, quedaros únicamente con que el mes de abril empecé de nuevo correr a ritmo suave, y que el miércoles pasado hice una sesión de series de 400 metros sin dolor.

Siempre tuve claro que iba a ir a la carrera como espectador, me encanta el ambiente. También tenía claro que ese mismo día, ayer, quería hacer los diez kilómetros al trote que había programado para todos los domingos del mes de abril. El problema era que ver la carrera, implicaba salir a hacer los diez kilómetros muy temprano y...¿por qué no correr un trozo de la media maratón y así hacer las dos cosas a la vez?. Básicamente porque no estaba inscrito, y no estaba inscrito porque he tenido molestias hasta hace quince días. Sin embargo el lunes de la semana pasada ya corría con cierta normalidad, así que decidí probar el miércoles a subir un poquito la intensidad y ver que decía la pierna. El resultado fue bueno (bueno en el sentido de no tener molestias), y por eso me puse manos a la obra para conseguir un dorsal, y tratar de hacer los primeros 10 km de la carrera. Gracias a un compañero (si lo lees, gracias de nuevo), obtuve mi preciado dorsal número 319.

Una vez que ya tienes el derecho a participar y que las sensaciones han sido buenas últimamente, te empiezas a plantear cosas, ¿por qué no pruebas y haces 15 km?, ¿por qué no la corres entera?, ¿por qué...?. ¡Qué difícil es decir no!.

El caso es que cuando dieron la salida allí estaba yo, junto a muchísimos corredores dispuestos a aprovechar una temperatura inmejorable de unos 5º, y un viento del noreste que hacia presagiar unos marcones del quince. 
Si bien cuando me inscribí la idea era correr a ritmo suave, cuando llegó el sábado ya tenía claro que saldría a hacerlo por sensaciones, sin ir a tope, pero rápido.
Los primeros tres kilómetros discurren por el casco de Sancti Spiritus, por lo que en general el viento no afectaba mucho, pero en cuanto salimos a la carretera la cosa cambió por completo. No es que notaras el viento empujándote directamente, lo que se notaba eran los efectos de forma indirecta, ibas a ritmos rápidos (3'45"/km), cuesta arriba y con pulsos "bajos" (177 ppm).
Por un momento me planteé seguir, sin molestias, disfrutando y a pulso de media maratón, parar era doloroso pero peor sería dar un paso atrás en la recuperación. Estar cuatro meses sin hacer lo que te gusta es duro.
Al pasar por el km 10 le di al botón de lap del Garmin (marcó 9,92 km) pero continué corriendo hasta el sitio dónde me estaban esperando, en la salida de la autovía, 600 metros más adelante, dando por finalizada mi participación en la carrera.

Datos de la carrera: altimetría, pulso y ritmo

Al ver el tiempo que hice en esos 10 km, 37'02", me quedé sorprendido. Primero porque no corrí a ritmo de 10k, el pulso medio fue de 177 ppm, que está incluso por debajo de lo que suelo promediar en una media maratón. Segundo porque esa parte del recorrido tiene casi 6 km de subida constante. ¿Cómo se puede correr tan rápido tras cuatro meses haciendo bicicleta y poco más?, la respuesta está en que tuvimos un viento de cola que, más o menos, me ayudó a bajar uno o dos minutos ese tiempo final.

En cualquier caso, acabé contento, sé que voy por el buen camino y he comprobado que ya puedo correr carreras de 10 km por lo que haré algunas en los próximos meses.