Tras una dura negociación con sus Majestades los Reyes Magos, al final conseguí que me trajeran las zapatillas Vibram Five Fingers Speed. Se me habían antojado después de haberme leído muchos artículos escritos en Internet sobre el barefoot running.
Toda esta historia comenzó hace un año aproximadamente cuando ya metido de lleno en el mundo del atletismo, me interesé por la técnica de carrera y busqué información al respecto. Me gustó bastante este artículo del blog http://www.sportsscientists.com/. Básicamente lo que dice es que el uso habitual de calzado con talón más alto y amortiguado que la zona de los dedos, nos ha llevado a modificar nuestra forma de caminar. Cuando corremos o andamos, aterrizamos en el suelo con el talón y ésto hace trabajar unas zonas de la pierna que no están diseñadas para ello, siendo el motivo principal de muchas lesiones en corredores.
Tras el descanso en Mayo empecé a correr tratando de imitar la técnica barefoot pero es muy complicado ya que la forma de correr es algo instintivo, no se puede correr durante mucho tiempo forzando ese tipo de pisada y mucho menos si utilizas unas zapatillas con 2-3 centímetros de talón. En muchos sitios se expone como debe ser el proceso: bien desde cero, muy útil para alguien que empieza a correr (por ejemplo un niño), o bien mediante un proceso adaptativo que requiere cambiar de calzado habitual y de zapatillas de correr, poco a poco. Se trata de ir metiendo minutos de entrenamiento descalzo (quien pueda) o con zapatillas sin amortiguación y sin diferencia de altura entre talón y dedos. ¿Cómo el correr descalzo cambia tu forma de aterrizar?, simplemente se trata de ir diciéndole al cuerpo, de a pocos: ¡oye! ¡qué el suelo está duro, es rugoso y frío! y el cuerpo también, de a pocos, tenderá a buscar el mejor apoyo para que no duela al pisar, endurecerá la piel y activará otros mecanismos probablemente dormidos hasta ahora.
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